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ISSN 1989-4163

NUMERO 15 - SEPTIEMBRE 2010

Quien da el Primero, da Dos Veces

Holly

En Europa todo gira muy rápido. Tanto, que en el tiovivo de emociones parisinas las damas de sociedad se convierten en princesas de cuento de hadas y, una vez con el príncipe cogido del brazo, pasan a ser las más trágicas femmes fatales. Cuando la crisis llega a Europa, el Viejo Continente sabe lo que tiene que hacer. En la I Guerra Mundial, las mujeres se subieron las faldas. En el crack del 29, la moral se subía desterrando el vestidito negro de Chanel por la alegría del cisne blanco que bailaba en los Cabarets y de vez en cuando bajaba a un barrio negro para moverse a ritmo de swing entre pantalones y gente bronceada. Cuando llegó la II Guerra Mundial, decidieron que toda la tela que no podían usar por el racionamiento, la llevarían en sombreros. Y aparecieron turbantes. Los bolsos no se quedaron atrás. Y Guccio Gucci anunció el suyo, con el asa de bambú, mientras Ferragamo hacía zapatos con cinta de atar el correo y tacones con cuatro corchos para las piernas de sus mujeres.

Este invierno parece que los diseñadores vuelven a ponerse nostálgicos con la mujer-mujer. Nada de medias tintas. Nada de adolescentes famélicas. Nada de caderas que se te clavan como cuchillos a la garganta. Lo que viene es un mundo de color rosa. En el que si uno no es rico, lo parece. Para que las mujeres puedan soñar. ¿Que tu vida es gris, y te acuestas sola, noche tras noche? No importa. El mundo de la moda viene a salvarte. Y si no puede traerte un príncipe azul, al menos puede convertirte en una princesa.

En Givenchy se acuerdan de las princesas que sueltan sus melenas como Rapuncel y comen albérchigos. En Chanel, Lagerfeld evoca los cuentos de Baba Yaga y se vuelve ruso rodeado de lobos, de lujo, de esplendor, de misterios y de leyendas para envolver a las mujeres en un mundo de ensueño. Gaultier quiere que sus mujeres sean mujerones y, si bien el cuento no es de hadas, sí tiene el glamour de una novela negra. Con el humo del cigarrillo. El olor del Bourbon y algo de Nº5. Y John Galliano explota a sus mujeres. Las vuelve flores. Porque espera demostrar lo que ya dijo Neruda. Pueden quitarnos las flores pero no la primavera. Y pueden quitarnos el optimismo pero no la sonrisa. Ni la elegancia. Ni los viejos tiempos. En los que los aristócratas cortaban flores. Podría pensarse que la declaración es fuerte: al mal tiempo, buena cara.

Aunque, si todo está perdido, Chanel nos invita a explorar nuevos mundos. Antes los ricos viajaban en febrero de vacaciones, y se les hacía una línea crucero para que pudieran estrenar nuevos modelos; ahora, los intrépidos conocen mundo. Aunque te espere el yeti a la puerta. O, en el caso de Chanel, un iceberg. Iceberg auténtico, piel falsa. Es lo que canta Lagerfeld en su nana para las fashionistas.
Y en Lanvin las princesitas del mundo, que antes fueron madres, hermanas, hijas, reinas, damas... se vuelven muy, muy peligrosas. Porque se trata de vivir en un futuro negro. Que Balenciaga quiere pintar de blanco. Delirios futuristas los llaman. En un mundo sin crisis. Sin problemas. Sin más preocupación que los gramos del cloruro de sal y la nutrición perfecta.

Aunque esto último queda un poco lejos de la realidad. Parece cierto aquello de que, en las crisis, se venden más pintalabios rojos. Louis Vuitton y Prada quieren ver mujeres de verdad. Curvas. Pechos. Bolsos de cuero. Guantes. Tacones altos. Vestidos de flores. Una carretera de formas femeninas para combatir todos los malos sentimientos. Para que pensemos en sexo y en vida al llegar a casa y no nos consumamos con los problemas de la economía.

El mundo de la moda no quiere olvidar. Simplemente nos hace soñar.
Y, esta vez, toca un dulce sueño. Que acaba, como los buenos cuentos, con un beso de amor.
Con una princesa a la que todos quieren besar.
Sus labios rojos.
Aunque sean de ese color sólo por la crisis.
Pero qué bonito es vivir la vida de color rosa.
Como cuando Edith Piaf cantaba a todas horas La Vie En Rose.
Y Saint Laurent también vivía la vida en ese color

Mar
 

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